Dublineses James Joyce: una guía de lectura, cuento por cuento

Dublineses James Joyce: una guía de lectura, cuento por cuento

Se han decidido embarcar en la aventura de leer a James Joyce, un cuento de Dublineses cada día (si llegaste tarde, aún eres bienvenid@ a leer el libro acompañad@ de una guía de lectura).

No está mal que te hayas propuesto una lectura compleja durante la cuarentena. Y si no sabes en lo que te has metido con este ejercicio, te lo cuento. 

Un poco sobre quién es James Joyce

James Joyce fue un escritor irlandés (Dublin, 1882 – Zúrich, 1941) mundialmente reconocido como uno de los autores más influyentes de la literatura del Siglo XX. Es altamente aclamado por su obra maestra Ulises (1922), un ejercicio vanguardista casi imposible de leer -si me lo preguntan a mí-, pero una joya literaria que cambió los paradigmas de lo que se venía escribiendo hasta el momento. 

Joyce es considerado un representante destacado de la corriente literaria de vanguardia denominada “modernismo anglosajón”, junto a otros autores famosos como T.S. Eliot, Virginia Woolf y Ezra Pound (¿les suena alguno?).  

Pasó gran parte de su vida fuera de Irlanda, pero curiosamente tenía una obsesión compulsiva por hablar de ella. Su universo literario radica principalmente en Dublín, su ciudad natal, y en forma más abstracta en la crítica a la influencia de la iglesia católica en la sociedad de la época. Pese a que fue un autor que escribió mucho sobre un lugar en particular, por las temáticas que abordó durante toda su obra (retrataba muy bien la naturaleza humana), se consideró uno de los escritores más cosmopolitas de su época. Su compleja manera de utilizar el lenguaje ha sido objeto de obsesiones para mucha gente, por lo que suele ser un autor muy estudiado. 

Una introducción a Dublineses de James Joyce

Dublineses de James Joyce, tal como dice su título, trata sobre la gente de Dublín. Es su único libro de cuentos, y tiene un estilo realista que intenta reflejar lo que él llamó la “parálisis” de su ciudad: historias que intentan dilucidar lo que para él fue una sociedad inmovilizada y anquilosada. En teoría, serían un reflejo de la experiencia negativa del autor en su juventud, por lo habría mucho de autobiografía escondida en la ficción. Uno de los biógrafos de Joyce, Richard Ellman, escribió:

“Deseaba que sus contemporáneos, en particular los irlandeses, se echasen un buen vistazo en su bruñido espejo —como él decía—, pero no para aniquilarlos. Tenían que conocerse a sí mismos para ser más libres y estar más vivos”.

Ellman

No puedo negar que lo que me llevó a leer a Joyce fue precisamente eso: la conexión con mi propio afán por escapar del lugar natal, y casi como paradoja, hablar de él en mis escritos de manera constante, quizás por la misma razón que Joyce. Descubrí la manía del autor por casualidad, y me sentí tan identificada que tuve que estudiarlo para seguir escribiendo sobre mis propias obsesiones.  

Dublineses de James Joyce es una obra muy obstinada en los detalles cotidianos y en criticar la doble moral de la época, lo que dificultó su publicación. Se darán cuenta de que, leyéndolo con el contexto actual, no parece ser un libro muy escandaloso, pero en la época sí que lo fue, por lo que muchas editoriales se negaron a imprimirlo o le censuraron. 

Una pequeña contextualización histórica

La edición que llegó a mis manos (Akal, 2015. Aquí link al ebook) tiene una introducción histórica de cuarenta páginas. Es extremadamente interesante, pero también extremadamente extensa, abarcando períodos históricos anteriores para comprender cómo se llegó al pensamiento y cultura en la que Dublineses se escribió. Intentaré ser breve. 

“Una de las mayores diferencias entre la sociedad europea de hace un siglo y la de ahora reside sin duda en que las pautas morales entonces existentes eran tan mayoritarias que eran casi únicas, y al serlo tenían carácter excluyente”

Introducción a Dublineses

La Europa en la que creció Joyce se caracterizó por enfrentar una batalla constante por la liberación artística del “encorsetamiento” en la que estaba sumergida. El introductor afirma que tenían una expresión artística formalmente anquilosada y al servicio de la burguesía que dominaba la sociedad europea de la época. Abordaba con actitud paternalista las problemáticas sociales como la pobreza o el imperialismo, los privilegios y las contradicciones sociales. 

La Irlanda en la que creció Joyce era, entonces, social y culturalmente atrasada, como España y otros países de Europa Oriente, si la comparamos con otros espacios geográficos de la región. Estaba, por tanto, subordinada a las grandes potencias, especialmente a Inglaterra. 

“La relación es mayormente de subordinación, aunque como en todas las relaciones de este tipo existan notas de admiración, envidia, emulación etc. La resistencia constante a perder una identidad propia constituye una especie de monomanía nacional, (…) con movimientos de resistencia y rebeliones fallidas”

Introducción a Dublineses

Así, Dublineses está marcado por signos de imperialismo británico y su intromisión a la vida social de Dublín. La sociedad de finales del siglo XIX (contexto en que se escribe este libro) vivió anclada en lo que después se llamó “sueño victoriano”, dominado por una desafección política y escepticismo social que “paralizó la vida de la ciudad”. 

Además, Dublín era un lugar abarcable, donde la gente se conocía de vista. Funcionaba como un pueblo pequeño. Joyce la calificaba como “una hemiplejía o parálisis que muchos consideran una ciudad”. Había mucha miseria, pero al mismo tiempo una clase burguesa con un mundo de privilegios y servilismos. Joyce en estas páginas retrata muy bien lo que fue históricamente: un lugar de “hipocresías, indignidades y sumisiones, de prejuicios morales y perversiones, que era recatadamente mantenido oculto, como un inconfesable secreto que todo el mundo compartía”.

El introductor incluso afirma que el propio Joyce vivía una especie de doble vida, frecuentando prostíbulos y emborrachándose durante la adolescencia, y luego yendo a veladas formales de la burguesía, codeándose con la sociedad a la que pertenecía. Esta sensación llevó a Joyce a un autoexilio. 

“La religión, mano a mano con la ignorancia, impiden el desarrollo artístico de Irlanda y obligan a emigrar a sus potenciales artistas”

Introducción a Dublineses

Joyce no dejó de decir que Dublín sufría de “hemiplejia de la voluntad” y que era “el centro de la parálisis” de su país, pero aun así, desde el exilio dedicó toda su vida de escritor a ella. Lo interesante es que desde ese regionalismo haya sido capaz de convertirse en un escritor universal. 

“Si puedo llegar al corazón de Dublín” decía, “puedo llegar al corazón de todas las ciudades del mundo. En lo particular está contenido lo universal”. Dublineses, entonces, tal como dice Joyce, es un “capítulo de la historia moral” de Irlanda. 

Cuento I: “Las hermanas”

Resumen: Retrato de la relación entre un niño y un cura enfermo, el padre Flynn. Ha sido relevado de sus funciones sacerdotales pero funciona como un tutor para el niño (el narrador). El niño se fascina con la interpretación de cada signo y símbolo religioso, tal y como Joyce se obsesionaba con los signos y símbolos del lenguaje (aunque podríamos decir que también los religiosos). En una conversación de cena, los tíos le anuncian la muerte del padre Flynn, y hay una conversación medio extraña y confusa sobre la desaprobación de la relación entre el niño y el cura. Más tarde van a la casa del luto y se sientan con las hermanas. Mantienen una conversación sobre la causa de la muerte del cura, aparentemente por una crisis nerviosa después de “romper accidentalmente un cáliz”. Luego el diálogo se apaga. 

Curiosidades para la lectura

  • Joyce, además de su obsesión por su país natal, tenía una fijación con el lenguaje, sus significados y doble sentido. Por eso utilizaba muchas frases con significados ocultos o metafóricos. El título del primer cuento no se escapa de ello. “Las hermanas” tiene un doble significado, porque, tal y como ocurre en el español, designan literalmente a las mujeres con lazos de sangre, pero también aquellas mujeres que forman parte de órdenes religiosas. Este texto no lo dice explícitamente, pero es probable que las hermanas que vivían con el cura difunto también fuesen hermanas del sacerdote, y también entre sí, y en el sentido puramente religioso. 
  • Para entender este cuento, fue esencial la introducción a Joyce. En el mismísimo segundo párrafo, habla de “parálisis”, tal como habla de Dublín: “Cada noche, al observar la ventana susurraba a mí mismo la palabra parálisis. Siembre había sonado extraña a mis oídos, como la palabra gnomon en Euclides y la palabra simonía en el Catecismo”. Como dijimos arriba en la introducción, Joyce se obsesiona por las palabras, y encontrarle la vuelta a por qué las utilizó casi funciona como epifanía o pistas de lo que viene después en el cuento. Gnomon en Euclides define al paralelogramo resultante de eliminar de una de sus esquinas un paralelogramo de igual forma y menor tamaño. Sería como un rectángulo deteriorado si lo simbolizamos. Es decir, irregularidad interna y sufrimiento. Simonía, por su parte, designa la falta que se comete al negociar con los asuntos espirituales. Joyce siempre hacía una traducción laica de conceptos religiosos, por tanto lo interpretaba como corrupción o abuso de la honestidad. Para él, simonía era intercambiar amor por dinero, la traición en la amistad, explotación humana o nepotismo. 
  • El padre Flynn muere el 1 de julio de 1895, aniversario de la batalla de Boyne. Representa la consolidación del dominio británico sobre Irlanda y se celebra por las órdenes protestantes del país cada año. Claramente hay un simbolismo sobre la fecha de la muerte del sacerdote. 
  • Una de las “pistas” significativas sobre lo que ocurre en este cuento, y que no está dicho sino entre líneas durante todo el texto, es la siguiente frase: “Me resultaba extraño que ni yo ni el día parecieran estar de luto, e incluso me sentí molesto al descubrir en mí mismo una sensación de libertad, como si su muerte me hubiera liberado de algo”. Estas son las cosas fascinantes de Joyce. La primera pista es la parálisis. Esta, para mí, la segunda: hay algo raro en la muerte del cura, en su causa y también en la relación que tiene con el niño. ¿Por qué se siente liberado, si tenían una relación tan estrecha? ¿Hay algo malo en la relación del niño con el cura? Esto se agrava más con la conversación que mantiene con los tíos cuando le cuentan al narrador que murió el padre Flynn. ¿Por qué desaprueban su amistad? Ellos dicen que es porque un niño debía jugar con personas de su edad, pero sigue dilucidando pistas de lo que realmente está sucediendo en el cuento de Dublineses de James Joyce. 
  • “A veces me repasaba las respuestas de la misa que me había hecho aprender de memoria; y mientras yo contestaba como un rezo, solía sonreír pensativamente y asentir con la cabeza”. Aquí hay una clara alusión a la sensación repetitiva y monótona de la religión, donde las palabras se utilizan muchas veces sin darle sentido, sin conocer su verdadero significado. Es como repetir como loro hasta banalizar las cosas. Hay algo tétrico en la imagen del cura sonriendo y asintiéndole con la cabeza, como diciéndole que es lo moralmente correcto de hacer, a pesar de que carezca de significado para el narrador. Hay que recordar la importancia y el peso que le daba Joyce a las palabras.  Y sigue: “Cuando sonreía solía descubrir sus grandes dientes descoloridos y dejar la lengua sobre el labio inferior”. Ahí hay una imagen religiosa: el gesto que se hace cuando te dan la hostia en la comunión. Como esto, está repleto de imágenes, retratos y simbolismos religiosos en todo el relato. Por ejemplo, en algunas versiones de este cuento (como la mía), el padre en el ataúd sostiene un cáliz en sus manos, como si hubiese reminiscencias de la eucaristía en toda la escena del luto. Esto también se ve con las hermanas, cuando se reparten las galletas (como la última cena o el pan de la eucaristía). 
  • Hay una parte del diálogo con las hermanas que es importante. Mejor dicho… el diálogo con las hermanas es lo más importante. Por algo el cuento se llama así, a pesar de que las personajes solo aparecen al final del cuento. Primero, dice algo que tiene un juego léxico oculto: “Ay, no hay amigos como los amigos de siempre —dijo— cuando se presenta el momento, amigos en quien poder confiar”. En el original, dice “no friends that a body can trust”. Joyce era muy aficionado a estos juegos léxicos. Este podría traducirse e interpretarse también como “no hay amigos en los que un cadáver pueda confiar”. “Qué gran verdad” le responde la tía del narrador. 
  • Más tarde en el diálogo, una de las hermanas dice sobre el cura: “Siempre fue demasiado escrupuloso”. Normalmente significa rigor en el deber, pero Joyce conocía el significado teológico del término y juega con ello: “persona que confunde actos moralmente indiferentes con pecados”. 
  • Finalmente, hay un diálogo que da a entender que las hermanas saben y comparten qué fue la enfermedad que mató al cura. Algo tenía de locura, al parecer. Joyce lo deja muy incierto, pero también da las pistas suficientes en la época como para entender de qué podría tratarse: una enfermedad venérea. 

Análisis

Es un cuento con un tipo narrador que suele denominarse “deficiente”: la inocencia del niño impide que como lectores nos enteremos del todo de lo que está ocurriendo. Pero hay algo extraño entre el cura y el niño, y lo vemos por primera vez en el diálogo de la cena con los tíos. El narrador también se caracteriza por ser casi invisible. Da mucho hincapié en lo que dicen los demás, pero él dice o juzga poco. Este es el ambiente que quiere dar James Joyce en Dublineses: realistas y objetivos en la narración propiamente tal, como para que el lector juzgue desde su propio punto de vista. 

Hay una obsesión del niño por los simbolismos cristianos, tal y como Joyce parecía tener o como tiene, también, con el lenguaje y significados ocultos. 

Hay muchos estudios literarios que señalan al Sífilis del sistema nervioso central como la enfermedad que mató al cura, lo que coincide con muchas cosas:

  • Primero, con que el sacerdote ya no ejerza.
  • Segundo, con que el niño tenga sensación de liberación cuando muere.
  • Tercero, con los signos de la enfermedad que se dan en el texto. Parálisis es sinónimo de paresia, “parálisis general de los locos”. Esto explicaría la visión negativa del sacerdote por parte de la sociedad (en la cena, por ejemplo), y habría una suposición de que hubo algo sexual entre el niño y el cura. 

Hay una temática que gira en torno al lenguaje en este texto, y que dilucida la fijación de Joyce por la estética. La palabra cobra protagonismo, sin duda. También la temática recurrente de Joyce: Dublín como realidad estática, y su influencia inglesa y religiosa como las más importantes parálisis de la época. 

¿Qué piensas tú hasta ahora de Dublineses de James Joyce? ¿Estás de acuerdo con el análisis? ¡Deja tu comentario al final de la página!

Cuento II: “Un encuentro”

«La ausencia es la forma más alta de presencia»

Retrato del artista adolescente – Joyce

RESUMEN: Un niño (narrador) suele jugar con sus compañeros al «Salvaje Oeste»: aventuras con personajes como indios y vaqueros gringos en escenarios que, según describe el narrador, «abrían puertas de escape». A diferencia de sus compañeros, al niño narrador le interesaba también la novela policíaca, pero circulaban en secreto por el colegio. Pronto admite aburrirse de esa «guerrilla vespertina» como se aburría de ir al colegio, y anhelaba tener aventuras por sí mismo, vivirlas en carne propia. El cuento, entonces, girará hacia el paseo que tomará con un amigo que le da medio vergüenza por su infantilismo, Mahony, un día en que «hacen la cimarra» (como se dice en Chile. En España y en mi edición, «hacer novillos») y se van a Dublín centro a buscar estas aventuras. Ahí se topan con distintas realidades y personas, presencian eventos e intercambian algunos comentarios con gente distinta a ellos. Al final del día se acerca un viejo y les transmite una sensación rara. Habla de algunos autores literarios, sobre amores de juventud, sobre azotar a los niños mal portados. En cierto punto, el hombre se va por unos instantes y luego regresa, comenzando un monólogo sobre el castigo físico. El narrador mira a Mahony y saben que deben irse con cautela, porque algo extraño estaba ocurriendo con él.

Curiosidades para la lectura

  • Joyce nos da la primera pista de la clase social del niño cuando menciona Gardiner Street como la misa que frecuentaban los padres: es una iglesia jesuítica de San Francisco Javier y en la época indicaba que eran al menos de la clase media-alta, igual que el colegio al que iban los hijos.
  • El cuento, por medio de los intereses del niño, nos indica más o menos su edad y su sentimiento: está creciendo, y de manera dispar que sus compañeros. Esto lo notamos cuando admite que, si bien se entretenía jugando al western, le interesaban más las novelas policíacas que «de cuando eran surcadas por feroces y desaliñadas chicas guapas».
  • «Esta reprimenda a mitad de las severas horas de colegio hizo que para mí palideciera gran parte de la gloria del Salvaje Oeste, y la fofa y confusa cara de Leo Dillon despertó una de mis conciencias«: el «una de mis conciencias» es algo que se debate mucho en los estudios de Joyce, y al parecer, nadie ha podido explicar esta particularidad del narrador de tener más de una conciencia.
  • «Persiguió a un grupo de rústicas»: en mi edición, se le dice así a las niñas que persigue Mahony y que después defienden un par de niños. Rústicas se refiere a las chicas que frecuentan una «ragged school», o sí se le llama despectivamente a los colegios de la clase más baja de Irlanda por los «harapos» o andar «andrajosos». Más que nada, es una escena que intenta hacer el choque entre dos sociedades que conviven y que, en el caso de niños, solo se encuentran cuando deciden salir por aventuras.
  • Cuando salen los chicos a defender a las «rústicas», le gritan al narrador y a Mahony «¡Pañaleros!», que es una forma despectiva de referirse a los católicos protestantes. Viene de la afirmación de uno de sus fundadores, John Cennick: «Blasfemo y maldigo a todos los dioses del cielo salvo al niño que reposa en el seno de María, el niño que reposa en pañales«. Otra manera de Joyce de hacer chocar culturas que conviven en Dublín.
  • «Me puse a examinar a los marineros extranjeros para ver si alguno de ellos tenía los ojos verdes«: tradicionalmente, los ojos verdes son considerados los ojos de un aventurero. En la tradición del medioevo, Ulises tenía ese color de ojos.

Análisis

Para mí, «Un encuentro» es un relato sobre el choque con la realidad dublinés en todo sentido. «Pero las aventuras verdaderas, pensaba, no le ocurren a la gente que se queda en casa: hay que buscarlas afuera», dice el niño. Es un cuento sobre el choque con la realidad al salir de una burbuja (el mundo burgués privilegiado), encontrándose con la vida del resto de la ciudad, sus encuentros culturales y sociales, además de los peligros. También es un cuento sobre crecer de la infancia a la (¿pre?)adolescencia, y sobre la literatura y la imaginación como formas de liberación para cualquier persona, a cualquier edad.

En este cuento, al igual que el anterior, se sugiere una relación extraña entre el hombre y lo niños. Hay sensación de pedofilia nuevamente, o algún tipo de excitación con ellos. Lo notamos por primera vez cuando el narrador dice: Pero no me gustaban las palabras en su boca y me pregunté por qué se había estremecido una o dos veces como si temiera algo o hubiera sentido un frío repentino. Cuando continuó noté que tenía un buen acento». Es interesante que diga «buen acento» (símbolo de distinción social) justo después de advertir que había algo de extraño en el viejo, porque es como si el hecho de parecer de clase alta lo perdonara por un rato y continuara escuchándolo a pesar de la sensación rara que le transmite. Cuando el hombre se va un rato después, entendemos que ese «estremecimiento» o frío repentino era una suerte de excitación. Se sugiere que se va a masturbarse y vuelve. Esto es muy común en Joyce: eludir las escenas más violentas, significativas o fuertes. Tal como cite al principio, en otro de sus libros lo dice muy claro: «la ausencia es la forma más alta de presencia». Es un estilo, el uso del «gnomon». Y hay una cierta madurez en el personaje principal por cómo nota el peligro y lo maneja con sutileza, a pesar de que entendemos que le asusta: «Subí por la pendiente con calma, pero el corazón me latía con rapidez del temor a que me cogiera por los tobillos».

Hay algo también que me parece muy biográfico del escritor, cuando dice la siguiente frase: «El colegio y nuestra casa parecían alejarse y parecía desvanecerse la influencia que ejercía en nosotros», como si toda esta vida hipócrita, de doble moral y secreta (la misma que vivió Joyce hasta que se exilió), tuviera menos influencia con la distancia. En este caso, trasladado a niños que salen de su barrio.

¿Qué crees tú de este segundo cuento? Conversemos en los comentarios.

Cuento III: «Arabia»

RESUMEN: Un niño (el protagonista) se enamora de la hermana de su vecino. El día en que se les da la oportunidad de hablar, ella le pregunta si va a un bazar llamado «Arabia». Ella quiere ir, pero no puede porque tiene un retiro religioso. Él claro que no tiene la intención, pero le dice que sí solo por su interés romántico, y promete llevarle un regalo. Cuando va al bazar, lo hace tarde por culpa del tío y la mayoría de los negocios están cerrados. Le desilusiona el contenido del bazar y tiene dificultades para encontrarle un regalo a la niña.

Curiosidades para la lectura

  • En la primera frase, ya te sitúan en un lugar social cuando dice: «dejaban salir a los niños de Christian Brothers», una escuela católica solo para hombres, que se sitúa, tal como dice la primera oración, efectivamente en una calle llamada North Richmond. Es un barrio de clase media.
  • En el primer párrafo, hacia el final de la oración, dice así: «Las otras casas de la calle, conscientes de las vidas decentes de su interior, se miraban unas a otras con imperturbables rostros marrones». Hay algo de las casas todas iguales que suele ocurrir en la clase media. Pero además, lo de los rostros marrones se puede entender más con algo que dijo Joyce en Stephen Hero: «de esas casas de ladrillo marrón que parecen la auténtica encarnación de la parálisis irlandesa». Nuevamente, estamos ante el retrato de lo que fue para el autor una parálisis de su lugar de origen.
  • Hay una imagen muy curiosa que ha sido objeto de estudios: «el agreste jardín de la parte trasera tenía un manzano central» (no podemos olvidar que esta es una alusión al jardín del Edén) «y algunas matas desordenadas bajo una de las cuales encontré la oxidada bomba de bicicleta del anterior inquilino». Recordemos que el «anterior inquilino» era un sacerdote que murió en el salón. No podemos sino volver al primer cuento, «Las Hermanas», donde también muere un sacerdote y donde también se menciona la novedad que eran las ruedas neumáticas. No era algo propio de un viejo sacerdote, por lo que se ha estudiado la complejidad de esta imagen y se le ha atribuido una connotación sexual.
  • El niño habla de que jugaban al atardecer en esta calle y que de pronto se encontraban con «pandillas de casas bajas». Nuevamente existe un choque de la clase media con la baja en los cuentos de Joyce, pero además, era cierto que que había (y hay) un pequeño barrio humilde justo al lado de la calle the North Richmond.
  • Mangan es el nombre (o apellido) del amigo que tiene esta hermana que le gusta. Remite al nombre de un poeta al que Joyce le gustaba y le dedicó un artículo, James Clarence Mangan. Este tenía una obsesión por la cultura oriental, lo que inevitablemente se vincula al nombre del bazar y de este cuento.
  • «Pasábamos por las deslumbrantes calles, importunados por hombres borrachos y por vendedoras, entre los juramentos de obreros, las estridentes letanías de los mancebos que hacían guardia junto a los barriles de morros de cerdo, los nasales cánticos de los cantantes callejeros que entonaban una balada sobre O’Donnovan Rosa…». Nuevamente en este cuento vemos que los protagonistas salen de su calle para chocar con la realidad social dublinés que tan bien retrata James Joyce. La balada de O’Donnovan Rosa es un tipo de balada irlandesa. Rosa había sido acusado de planear un alzamiento contra el imperialismo inglés y su funeral se convirtió en un importante acto de reivindicación independentista. Nuevamente, entonces, estamos ante una vivencia de la época en Irlanda que se dividía entre los que estaban a favor del gobierno británico entrometiéndose en el país y los que eran más independentistas. Luego el narrador dice lo siguiente: «Estos ruidos convergían para mí en una única sensación de vida: imaginaba llevar a salvo mi cáliz a través de una muchedumbre de enemigos». Inevitablemente hago un análisis y veo imágenes de la eucaristía. Me atrevo a decir que es una forma de decir que el protagonista quiere permanecer en su mundo y teme de la realidad irlandesa que está viendo.
  • La página siguiente pareciera como si el niño estuviera haciendo o rindiendo cierto tipo de culto, y hay muchas referencias, también, a la cultura oriental.
  • Ya en el bazar, el niño no está sorprendido por lo que venden, y dice: «examiné vasos de porcelana y floridos juegos de té»: son cerámicas típicamente inglesas, por lo que el texto da a entender que no hay nada exótico en este bazar llamado, por lo demás, «Arabia». También evidencia que es un mercado fuertemente influenciado por los británicos.

Análisis

El narrador de este cuento es muy particular. Está en primera persona y son las vivencias de un niño, pero por su lenguaje sería más bien un narrador adulto recordando un episodio de su niñez.

Es un cuento sobre el arranque de un primer amor, y como en el cuento anterior, sobre crecer y cambiar los intereses de la niñez a la adolescencia. Hasta ahora, es como si Dublineses contara historias en orden «cronológico» de la edad de los personajes. Muestra muy bien la conmoción ante los nuevos sentimientos que suscita un amor romántico y la incapacidad de expresarlo bien, algo que obsesiona a Joyce, pues no hay nada más importante que las palabras y su significado.

Nuevamente, hay un tema con el choque sociocultural: la calle silenciosa frente al bullicio del centro de Dublín, poblado y hostil. Es una cierta salida hacia un mundo adulto y entender lo que significa esta transición. Habría, entonces, una «salida» en un sentido más emocional y en otro más físico, las dos hacia una era adulta (que podría entenderse también como más real, pues los niños suelen no comprender cómo funciona el mundo hasta que crecen). En las dos hay una desilusión, que se encarna en el niño no pudiendo comprar el regalo. Hay cierta desesperanza por no encontrar nada para ella (y no sabemos lo que pasa, pero es como si él entendiera que significará una angustia, como dice al final) y también una desilusión al ver Dublín con otros ojos, más allá de su burbuja: existe un cambio radical en su vida y en su forma de verla a partir de ahora.

¿Estás de acuerdo con el análisis? Deja tu comentario y conversemos.

Cuento IV: «Eveline»

Resumen: Eveline es una niña de diecinueve años que reflexiona de su vida en Dublín: su vida con un padre abusivo, su madre y su hermano muerto. Recuerda mucho su infancia y le aterroriza su padre y su trabajo como vendedora. Pero Frank, un marinero que es su amante, tiene el plan de partir con ella a Argentina. Antes que eso debe enviar dos cartas: una para su hermano vivo y otra al padre. El conflicto está en su miedo ante lo desconocido y su estadía dentro del núcleo familiar: una vida monótona en su lugar natal o una vida incierta en un país lejano que no conoce. Una vez en el puerto, se aferra a una verja de hierro y deja ir a Frank.

Curiosidades de la lectura

  • «A menudo su padre les echaba del descampando con su bastón de endrino»: El endrino es el árbol de la magia negra en la mitología celta y en el folclor irlandrés se le consideraba de mala suerte. Sus ramas, también, se utilizaron para tejer la corona de espinas de Jesús. Podría hacer simbólico al padre como figura de la tradición.
  • Hay cierta connotación sexual en la violencia del padre cuando dice: «A veces se sentía amenazada por el comportamiento violento de su padre. Sabía que era eso lo que le había provocado las palpitaciones».
  • «Era mucho trabajo –una vida dura– pero ahora que estaba a punto de dejarla, no le parecía una vida completamente indeseable». Creo que esta frase es una primera pista de Eveline como alguien que se resiste a los cambios, y que un poco, como lectores, nos hace que el final no sea tan extraño.
  • Frank la lleva a ver La chica bohemia, que si entendemos lo que es, funciona nuevamente como algo bastante premonitorio: es una ópera ligera que trata sobre las aventuras de una niña noble raptada por gitanos, y que finalmente vuelve a la vida aristocrática. La descripción (muy hermosa) de las casas del descampando ya nos da indicio de que la chica es, al menos, de clase media-alta, aunque trabaje como vendedora. El marinero, por su lado, es ya de por sí, por su labor, un aventurero. Eveline lo sabe cuando dice «sabía historias de países lejanos».
  • El padre, en un diálogo dice: «¡Malditos italianos! ¡Venir aquí!», lo que parece muy descontextualizado. No existía en Irlanda mucha inmigración italiana, lo que ha llevado a sugerir que es una alusión a la intromisión de la Iglesia católica en la sociedad de la época.
  • La madre moribunda dice algo que ha sido objeto de estudios fascinantes: «¡Derevaun Seraun!». Nadie sabe realmente qué significa, porque no está en un idioma concreto, pero hay algunas hipótesis, desde: «la muerte está muy cerca», hasta «el final del placer es el dolor», «el único final son los gusanos» o «pequeña mía, coge mi mano». Dicen que son un gaélico mal pronunciado. Particularmente, me parece muy lindo el de los gusanos y el del placer.
  • A Frank nunca lo pintan como un latinoamericano, menos argentino. Hay, entonces, una clara simbología en el lugar elegido para irse: Buenos Aires, que en español se entiende qué significa, pero en inglés lo deben traducir a «Good Air» para entenderlo (obviamente no se traduce en el libro, pero sí para darle el simbolismo necesario. Es como si significase literalmente un nuevo comienzo.
  • Es especialmente interesante la alusión a la beata Margarite Marie Alacoque. Joyce parece vincularla a Eveline. Esta religiosa francesa fue canonizada y la conocerán por personificar el «Sagrado corazón de Jesús». Se supone que tuvo revelaciones de Jesucristo en el que él le había mostrado y dejado que tocase su corazón. Esta señora rechazó una oferta matrimonial antes de hacerse monja, y su vida fue muy «sufrida» (entendámoslo, también, como también lo entienden los católicos en el sentido de «sufrió por todos nosotros»). Decían que su virtud era la «pasividad» y, además, curiosamente, padeció de una enfermedad que la paralizó literalmente. Además, la visión que tuvo del corazón de Jesucristo se vincula directamente con Eveline y Frank, a quien esta ve «abierto de corazón».

Análisis

Eveline es, hasta ahora, uno de los cuentos que más me fascina de Dublineses. Refleja perfectamente las ideas de Joyce sobre Dublín. Los actos de Eveline en el puerto son muy simbólicos de lo que significa su decisión: el rezo y aferrarse a la verja son actos simbólicos de tradición, parálisis e inmovilidad: literalmente aferrarse a la vida en Dublín. No sabemos qué fue realmente lo que hace a Eveline decidir quedarse. Puede que la promesa a su madre moribunda (que, de cualquier modo, representaría la permanencia de la tradición por sobre el cambio), o bien, la tendencia humana a resistirse al cambio, que para Joyce (y para mí, por lo demás) es finalmente muy dañino en muchos sentidos. La incertidumbre del futuro como inmovilizador social e Irlanda como un país en donde la gente está atrapada en su propia vida. Nuevamente, hay un tópico sobre alguien que vive en una burbuja y tiene la posibilidad de ver el mundo. En este caso, sin embargo, lo rechaza. Es de notar que es el primer cuento de adolescencia propiamente tal en Dublineses, así como el primer narrador impersonal.

Cuento V: «Después de la carrera»

RESUMEN: Narra el día de un grupo de amigos de distintas nacionalidades, pilotos y mecánicos de auto. Después de una carrera en Dublín, se la pasan comiendo en la casa de uno de los pilotos, Jimmy. Luego, se van a un yate de un estadounidense y toman alcohol y juegan póker hasta que amanece. Jimmy pierde gran parte de su fortuna.

Curiosidades de la lectura

  • El surco de la carretera de Naas queda entre la cárcel de Kilmainham y el cuartel de Richmond, dos símbolos del sometimiento irlandés.
  • El rally era toda una novedad en esa época en Dublín.
  • «Durante una época fue por el mal camino» este es un nuevo juego léxico de Joyce que actúa como algo premonitorio. En el original dice: «took to bad courses». «Courses» en francés significa carrera, entonces habría dos significados en la oración. Pero además, es probablemente una alusión a Enrique V de Shakespeare, lo que da luces de lo que tratará el cuento: «Era su afición la de empeños vanos (His addiction was to courses vain) / sus compañeros, ignorantes, toscos, superficiales/ llenaba sus horas con pendencias, banquetes y deportes».
  • Grafton Streen era la calle más elegante de Dublín.
  • Las lámparas eléctricas eran un lujo en la época, entonces la descripción del lugar da a entender que estamos frente a una clase acomodada.
  • El título original de este cuento es «After the races», que nuevamente tiene un doble y posible significado que da luces de lo que realmente trata la historia: «En busca de la estirpe».

Análisis

Es un cuento hecho y derecho sobre la alta burguesía, su hipocresía y desenfreno. El protagonista, Jimmy Doyle, pertenece a esta clase e intenta adaptarse a sus refinados amigos del extranjero. Para mí, es uno de los cuentos más lentos y flojos, pero porque tiene poca acción y su intención es más bien retratar un lado de la sociedad dublinesa de la clase alta, y la incomodidad del protagonista en ese intento de situarse «a la altura» a pesar de tener una inquietud constante respecto a todo lo que ocurre.

Cuento VI: «Dos Galanes»

En construcción. Lea «Dos Galanes» en Dublineses James Joyce

Dublineses James Joyce
4.8 17 votes
Article Rating
guest
7 Comments
El más nuevo
El más antiguo El más votado
Inline Feedbacks
View all comments

[…] Cruz P. (s/f). “Dublineses de James Joyce: una guía de lectura cuento por cuento”. Recuperado de: https://www.estadodedistraccion.com/2020/06/travesias-literarias/libros/dublineses-de-joyce-una-guia… […]

Gladys

Hola, a mí me gustó el cuento Después de la carrera, no lo encontré lento además vi a la sociedad chilena refleja en él.
Hay dos oraciones que me llamaron la atención. La frase «Villona también era divertido -un pianista brillante-, pero desgraciadamente, pobre» y la otra es cuando están jugando cartas en el yate del americano, el narrador señala que «oscuramente Jimmy sintió la ausencia de espectadores.» En resumen, para mi este cuento describe las ansias del protagonista, y de su padre, por insertarse en un estrato social superior.

Gladys

Eveline: un cuento triste, cuando las gente no puede salir de su mundo y repite los errores de sus padres. La vida le da oportunidades, no certezas, siempre hay riesgo, pero hay algo que no le permite tomar las oportunidades, ya sea temor al cambio o cariño al mundo conocido.

Andrés Edwards

Muchas gracias! Está muy entretenido. Se enriquece muchísimo la lectura. Notable la primera cita en la contextualización sobre el monopolio moral de la época.
Acabo de leer Las Hermanas, y se abre el mundo dublinés coetáneo por delante . Te sigo leyendo en los próximos capítulos!

Andrés

Palomilla espero atento a cuando subas el capítulo dos galanes. Esta forma de lectura está muy buena!

7
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x